lunes, 20 de agosto de 2007

Me voy de vacaciones

Después de un intenso fin de semana (fui a Nikko el sábado... lo más bonito que he visto en mi vida, visita indispensable, y el domingo al Comiket, donde saqué 260 fotos y grabé 10 vídeos en apenas 5 horas, casi todas de cosplay) aprovecho los 6 días de vacaciones que me da la empresa para, empalmando con el fin de semana, estar 8 días por ahí en plan turista.

Me voy mañana en Shinkansen (en el Hikari) hasta Himeji para ver el castillo y luego seguir a Kyoto, Nara, Horyu, Fujiyoshida, ver el festival del Fuji (me han dicho que hacen un kanji de fuego en la montaña o algo así) y por último escalarlo y ver el amanecer desde la cima, o al menos intentarlo.

Y para que el post tenga alguna foto, aquí están mis billetes de Shinkansen:

Voy a estar fuera desde mañana día 21 hasta el 28 inclusive, así que no esperéis noticias mías. Y cuando vuelva a ver si tengo tiempo y os cuento lo de Nikko y lo del Comiket en condiciones.

Preparaos... ¡Volveré cargado de fotos!

viernes, 17 de agosto de 2007

Moverse por Tokyo

Sé que esta es una de las preguntas más frecuentes que tiene la gente al venir por aquí, sobretodo después de ver lo caótico que puede resultar a simple vista el sistema de metro:


O el de tren (Japan Railways, de hecho el anterior viene a estar en el círculo del centro de éste):

Además, para darle vidilla a todo esto, aquí los billetes se compran eligiendo tú el importe según la distancia del trayecto. En las estaciones hay mapas de las líneas donde te indica cuánto hay que pagar hasta cada una. Lo malo es que a menudo estos mapas están en japonés y la mayoría no os enteraréis.

Una opción, como bien indican mis amigos Artus y Bea de Tamago Studio (¡que por cierto ahora están por aquí!), es comprar el billete más barato y aclararte con el revisor a la salida para pagar la diferencia. Os dejo su video explicativo:


La otra opción resulta muuuucho más útil y os evitará quebraderos de cabeza y explicaciones innecesarias con revisores. Se trata de la tarjeta Suica:


Es una tarjeta que funciona por radiofrecuencia y que nos permite, entre otras cosas, poder pagar los viajes que hagamos sin tener que preocuparnos por sacar los billetes: basta con acercarla a las puertas de entrada. En su modalidad más sencilla, la que os interesará a los que vengáis en plan turista, no es más que una especie de tarjeta prepago recargable de la que se descuenta automáticamente el importe del viaje que hagas.

El otro día grabé un vídeo con Alberto sobre cómo sacarse y utilizar una. A ver si os es útil:


Estas tarjetas, aunque las sacas en las estaciones de JR (ojo, no las de metro) sirven para ambos. Se supone que en el metro usan el sistema PASMO pero está todo integrado para poder moverse por todas partes en Tokyo sin preocuparse de nada que no sea llegar a tu destino. Sólo una advertencia: no estoy seguro, pero me parece que la Suica hay que recargarla en estaciones de JR, así que vigilad el dinero que os queda cuando vayáis por el metro.

Una vez concluya vuestro viaje por tierras niponas podéis devolver la tarjeta y os abonarán los 500 yenes que cobran por ella al sacártela así como el dinero que os pudiera quedar dentro. Lo que no tengo muy claro es dónde se devuelve, aunque imagino que será en la estación o quizás incluso en alguna máquina. Ya os lo diré cuando lo sepa.

viernes, 10 de agosto de 2007

Armándola en el Karaoke

¡Buenas! Antes que nada siento este lapso sin escribir nada, y no es que no tenga nada que contar (todo lo contrario de hecho) sino que apenas tengo tiempo libre en casa para poder dedicarme a escribir cosas. Intentaré escribir en los ratos libres que tenga, pero a este paso no se yo si van a ser demasiados xD

También os adelanto ya que del 21 al 28 inclusive estaré de vacaciones visitando el castillo de Himeji, Kyoto, Nara, Fujiyoshida (al pie del monte Fuji) y luego escalando éste o al menos intentándolo. Así que volveré cargado de fotos y posiblemente vídeos, pero estaréis una temporadita sin saber nada de mi.

Bueno, a lo que iba.
El viernes pasado hubo una quedada de españoles gambiteros tokienses para cenar y luego armarla en un karaoke cercano por la zona de Tamachi. Cenamos en un sitio que servían platos basados en pollo con unas salsas que estaban buenísimas y nos quedamos bien agusto por cerca de 1700 yenes por cabeza más o menos. Para que luego digan que Japón es caro. Esa misma comida en españa no te bajaba de 20 € ni de casualidad...

Luego después de la suculenta cena y de conocer a más gente, algunos viajeros hispanohablantes de paso, fuimos todos al edificio donde se encontraba el karaoke. Éste ocupaba varias plantas y tenía la recepción en el 5º piso, por lo que subimos en varias tandas de ascensor. Y sí, digo varias tandas porque en total éramos nada más y nada menos que 12 españoles allí dispuestos a armarla y eso que 3 ó 4 más se rajaron a última hora o les surgieron planes alternativos de orden mayor.

Una vez arriba la dependienta que nos atendía así como todos y cada uno de los japoneses que pasaban por allí nos miraban con una cara que parecía un poema: ¿¿de dónde han salido todos estos extranjeros?? Al final y después de varias negociaciones (la sala más grande era de 10 personas) y varios pasacalles de japoneses conseguimos meternos todos juntos en la misma sala. Y sí, sería para 10, pero los 12 estábamos de lujo allí.

Aquí el sistema de los karaokes es un tanto distinto como habréis podido ir deduciendo. Son locales especializados que tienen un montón de salas insonorizadas de distintos tamaños donde vas con tus amigos allí a cantar según el tiempo por el que hayas pagado. En nuestro caso habíamos pagado karaoke con barra libre hasta las 5 de la mañana (si no recuerdo mal 3000 yenes cada uno, pero mereció la pena). Luego en cada sala tienes tu máquina de karaoke con tu televisión, tus libritos de canciones y tu mando a distancia para pedir las canciones.

Y no os preocupéis, tengo fotos:
Os presento a varios de los españoles de por aquí, con ganas de juerga y decidiendo qué canciones poner.

Y ésta es la máquina de karaoke del cuarto:
En ese momento habían dos tíos de pelo en pecho cantando Baby Baby One More Time de Britney Spears, posiblemente haciendo vocecitas. Aunque donde esté el momento Avril Lavigne en castellano con lo de "Quiero ser tu novia, necesitas una nueva" que se quite lo demás xD. También hubo su momentazo Pegasus Fantasy con versión en castellano de Alberto Díez incluída así como el Cha la Head Cha la (el ending de Dragon Ball Z) mitad en valenciano mitad en gallego.

Que por cierto, como podéis ver los videoclips tampoco tienen nada que ver con la canción, en plan como pasa en España.

Luego, este es el mando para pedir canciones:
Su funcionamiento es simple: pones el código de la canción que quieres cantar (hay unos libros con los códigos, que ahora veréis los libritos...), lo envías y la canción se encola en la lista. Además podías pasar la que está puesta en ese momento si no te apetecía cantarla o te habías equivocado al elegirla.

Y bueno, ahora viene lo que realmente me impactó a mi: los libros de canciones

¿Veis esos tochacos que parecen guías telefónicas? Pues aún faltaba otro igual que estaba por ahí. Eso son las listas de canciones y sí, tienen de todo. Creedme si os digo que de todo es de todo, aunque concretamente en español no mucho, pero bueno (japonés e inglés principalmente con algo de chino, koreano y filipino). Habían desde canciones de JPop, pasando por Heavy e incluso Epic Metal (¡¡habían canciones hasta de Rhapsody!!) hasta llegar a las típicas canciones de animes (tienen prácticamente todas las que os podáis imaginar, y ¡¡actualizan los contenidos cada mes!!), de juegos de varias consolas e, incluso, canciones de juegos hentai (sí, es cierto, aunque no se si las tendrán por los juegos o por las que las cantan). Por tener tienen hasta canciones del DDR...

Os pongo otra foto para que veáis lo finitos que son los libros...
Y ahora un poquito del contenido: (esto era de una mini-sección de anime)

Al final la armamos pero bien: de hecho en todo el piso sólo se nos oía a nosotros (hasta en el baño en la otra punta). La verdad es que es una experiencia que sin duda merece la pena. Os recomiendo encarecidamente probarla.