jueves, 12 de julio de 2007

Paseando por Shibuya (parte 2)

La verdad es que allí hasta las calles más pequeñas son igualmente impresionantes: llenas de luces y gente por todas partes hasta donde llega la vista.


Seguí andando y andando un buen rato sin saber a donde, aunque sin perder la dirección que me llevaba de vuelta a la estación, hasta que llegué a una puerta con una especie de pacman arriba que daba a una calle más llamativa que las de alrededor, así que sin pensármelo dos veces decidí entrar a ver.


La verdad es que para mi sorpresa resultó ser una zona repleta de sex shops, clubes nocturnos, love hotels y locales similares, todos con lucecitas de neon y nombres o imágenes sugerentes. No sabía muy bien dónde me había metido, aunque creo que la wikipedia tiene la respuesta: al norte de la estación de Shibuya se encuentra el Dōgenzaka (道玄坂), que ofrece entretenimiento a un público más maduro, con muchos clubes nocturnos y love hotels. Supongo que sería eso.

En cualquier caso después de aquello decidí que era hora de volver hacia la estación, que por suerte no estaba muy lejos. Eso sí, no pensaba irme a casa sin antes hacer una foto a la estatua del perro Hachiko.


Esta estatua es otro punto de referencia bastante popular y se encuentra prácticamente pegada a la estación de Shibuya de la línea yamanote. Esta estatua se levantó en memoria del perro Hachiko. La historia cuenta que Hachiko era el perro de un profesor universitario de la universidad de Tokyo que según algunos su nombre ha caído en el olvido (a pesar de que lo pone la wikipedia) que cada noche le esperaba en al lado de la estación de Shibuya. Pero un día el profesor murió sin que Hachiko tuviera noticia de ello y siguió esperándole, pero no unos días ni unos meses. Noche tras noche, Hachiko fue a la parada de Shibuya a esperar a su dueño durante 11 años hasta que finalmente el propio Hachiko murió. Esta historia hizo popular al canino el cual se ha convertido en todo un símbolo de fidelidad absoluta y se utiliza como ejemplo a seguir para los niños. De hecho se han llegado a hacer películas al respecto.

La historia de la estatua es un tanto curiosa. Como es lógico fue levantada en honor a la gran fidelidad que demostró el perro durante tantos años, aunque de hecho la primera estatua fue erguida en 1934 estando el propio Hachiko aún presente. Después durante la segunda guerra mundial la estatua fue reciclada, pero la historia de Hachiko no fue olvidada y pasada la guerra, en 1948, se pidió al hijo del artista que había hecho la primera estatua (su padre ya no vivía) que crease una nueva. Y ésta es la estatua de la foto que sigue junto a la estación de Shibuya desde entonces recordando a la gente esta añorable historia de fidelidad, aunque los del fondo de la foto no peguen demasiado...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Al escuchar la historia de este perro no he podido evitar pensar inmediatamente en la igualmente trágica historia de Fry y su pobre perro Seymur (¿puede ser q estuviera basada en ésta misma?). Sin duda uno de los capítulos más emotivos de toda la serie de Futurama.

Shirokuroneko dijo...

Tengo algo dedicado especialmente para ti Emil·li, a ver si lo pongo un día de estos xD

Anónimo dijo...

Siento no haber comentado antes, pero solo queria decirte que sigo tu blog desde que lo descubrí (hace 1 semana?) y que me parece muy interesante. Intentare comentar mas a menudo.
Saludos desde Alicante!

emisucio dijo...

INCREIBLE BLOG!!enserio me encanta!me da una envidia terrible ojala puediera visitar japón seria un sueño!
te agrego y pasate xmi blog!!
un saludete